En palabras de la doctora María José Tribó-Boixareu, dermatóloga del Hospital del Mar de Barcelona
"la secreción del caracol ejerce una doble función. Por una parte, estimula la formación del colágeno, elastina y del componente dérmico que reparan los signos del fotoenvejecimiento y, por otra parte, minimiza el daño generado por los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro de la piel".
Según un estudio elaborado para un laboratorio que comercializa un
producto con secreción de caracol, casi la mitad de los pacientes vieron
disminuir sus arrugas gruesas y tres de cada diez las arrugas finas. "Reduce el surco de las arrugas profundas y mejora el aspecto de la piel", añade la especialista.